Se basa en la evaluación de la energía relativa al uso, midiendo los parámetros de proporcionalidad con la emisión térmica (temperatura superficial del cuerpo calefactor y temperatura ambiente), una vez conocida la potencia calorífica nominal del cuerpo calefactor. La medición indirecta se utiliza principalmente en sistemas de distribución "verticales" con columnas ascendentes, mediante la instalación de un divisor en cada cuerpo de calefacción. De hecho, en estos sistemas no es posible encontrar un único punto de entrada de agua que sirva a los distintos radiadores de la misma vivienda. Por lo tanto, como no es posible medir con sistemas directos (medidores de calor), se usan asignadores de calor montados en cada cuerpo de calefacción individual. Cada radiador también se equipará con una válvula termostática o un sistema electrónico de control de zonas a través del cual será posible decidir por uno mismo el nivel de temperatura óptimo para esa zona, optimizando así el confort ambiental y los costes.
Se basa en la medición de la energía térmica extraída de cada usuario, mediante la medición, directamente en el fluido termovector, de los parámetros que definen la diferencia de entalpía entre la entrada y la salida del circuito del usuario. La medición directa puede utilizarse en sistemas con distribución horizontal, caracterizados por un único circuito de suministro para cada unidad del edificio. Por lo tanto, es especialmente adecuado para:
- nuevos edificios con sistemas distribuidos horizontalmente;
- edificios existentes que se están renovando: En estos sistemas, es posible encontrar un único punto de entrada de agua y así conocer la energía consumida por todo el piso.