Un cableado defectuoso, la cocción de alimentos desatendida y la generación de humo siguen siendo las causas más comunes de los incendios domésticos. La mayoría de los gobiernos de la UE recomiendan materiales ignífugos para el hogar, los aparatos y los muebles, ya que generan mucho menos humo que los materiales estándar y hacen que los detectores de humo tarden más en activarse.
De igual forma, todos los aparatos que queman combustible pueden producir intoxicación por monóxido de carbono (CO) en el hogar, con consecuencias que pueden llegar a ser mortales.